Desde que tuve a mi hijo, veo las cosas desde un lugar muy diferente del que las veía antes. Ahora pienso en cada situación no ya como si yo fuera la protagonista, cosa que hacía antes, sino qué respuesta le daría yo a esa circunstancia pero siendo "la madre de Guido". Cuando Lousteau asumió, la primera persona en la que pensé fue en su madre. Pero no en el insulto común, sino en el rol que como tal le tendría que haber tocado asesorando y sugierendo a su joven hijo. Independientemente que el hijo en cuestión escuche y siga las sugerencias o no. Pensé que de haber sido mi hijo, lo hubiera tratdo de convencer, por todos los medios a mi alcance!!!, de no cometer la estupidez mas grande de su vida, y tal vez lo hubiera tentado con un viaje, unas vacaciones largas, un curso o un postgrado en Columbia, Harvard, London School of Economics... Cualquier cosa con tal de alejarlo de esa idiota idea de dejarse deslumbrar por los flashes y copetes de diario "el ministro de economía ...
La inacción es complicidad. Encontrarán pensamientos en voz alta sobre la institucionalidad y la República... en vías de extinción.